Emiliano regresa a México para asistir al funeral y la lectura del testamento
de su padre. Descubre que su padre ha dejado indicaciones claras de que solo si
cumple con ciertas cláusulas podría tomar el control de los negocios
familiares. Sin embargo, una cláusula inesperada establece que Emiliano debe
casarse con Alicia, la joven empleada doméstica de la casa.
Emiliano se encuentra en un dilema. No tiene interés alguno en asumir
responsabilidad alguna en los negocios turbios de su familia, ya que eso solo
aumentaría el número de enemigos en su contra, incluyendo a sus propios
hermanos, Sebastian y Leonardo.
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