Todo empezó cuando organicé una pequeña fiesta para un grupo de nuevos amigos.
Aunque “amigos” quizá no sea la palabra adecuada, ya que las invitadas eran
todas las mujeres con las que había descubierto que mi novio hablaba a mis
espaldas. Cuando el invitado de honor entró -mi ahora ex- las cosas dieron un
giro...
Desgraciadamente, un desconocido fue testigo de toda la pelea. Aquella noche
estaba de mal humor y acabé poniendo a este magnífico chico en evidencia. Como
si mi noche pudiera empeorar, antes de que se marchara, me informó de que en
realidad era mi arrendador.
Colby Lennon, junto con tres de sus amigos, era el dueño del edificio donde
estaba mi tienda de tatuajes.
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