Estar atrapado en un dormitorio con una mujer es algo maravilloso. Estar atrapado en cientos de dormitorios durante más de dos mil años, no lo es. Y ser maldecido y encerrado en un libro para ser convocado como esclavo sexual, puede arruinar incluso a quien un día fuera un guerrero espartano. Pero cuando fui convocado para cumplir las fantasías sexuales de Grace Alexander, ella fue la primera mujer en la historia que me vio como un hombre. Se molestó en sacarme del dormitorio y mostrarme el mundo. Me enseñó a amar de nuevo. Pero yo no nací para conocer el amor. Fui maldecido para caminar solo durante toda la eternidad. Hace mucho tiempo que acepte mi sentencia. Ahora he encontrado a Grace, ¿pero puede romper una maldición de más de dos mil años? — JULIAN DE MACEDONIA —
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