¿Amor...? No, gracias.
María no quería saber nada de esos corazoncitos y mariposas que tenían el poder de transformarte en una mujer débil e insegura… Justo como le pasó a ella.
Solo una vez se dejó engañar por ese cruel sentimiento y las consecuencias, que tuvo que pagar, la marcaron de por vida y no solo físicamente.
Con un Pablo en su vida fue más que suficiente, de eso estaba segura.
Pero ese hombretón de ojos ambarinos tenía otros planes. Cansado de huir del recuerdo de esa tímida morena que se adueñó de su corazón, regresa a Madrid con la clara intención de recuperarla.
Pero… ¿Por qué, ahora, después de quince años?
¡Ah, no! A María no le interesaba escuchar sus explicaciones.
De nada le serviría conocer su parte de la historia.
Esa parte que podría cambiarlo todo.
Esa parte que, quizás, le haría descubrir que…
La mala de la película siempre fue ella y no él.
Déjame Besarte una última vez
¿Perdonar…? No es fácil.
Y Pablo ni siquiera lo intentó.
María contaba con ello… Sabía que al salir a la luz su sucio secretito, se marcharía igual de rápido que vino.
A pesar de que entendía su decisión, eso no hacía que doliese menos ni evitaba que los demonios del pasado regresaran con ganas de arrastrarla, de nuevo, a ese infierno del que tanto le costó salir.
Pero ¿qué otra cosa podría haber hecho?
Esta pregunta atormentaba a Pablo que, sobrepasado al darse cuenta de la mentira en la que había vivido, tendrá que dejar de huir de su morena y enfrentarse a todo aquello que se negó a escuchar.
Sin embargo, no será fácil descubrir…
Que la víctima siempre fue el verdugo,
Que el mayor crimen fue su amor, y que…
Hasta el peor de los pecados puede esconder el más bello de los sacrificios.
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