Horus nunca pensó que su vida se complicaría de la noche a la mañana por culpa de una mujer. Cuando Sophie se presentó en el Blackish lo hizo con el pasado en una mano y la decisión que solo una muchacha terca podría poseer.
Ella estaba decidida a hacerle olvidar sus promesas, especialmente la que lo había llevado a abandonarla cuatro años atrás.
¿Cómo luchar contra el deseo cuando este venía envuelto en deliciosas curvas y unos ojos esmeralda que le quitaba el aliento?
Rendirse a ella era peligroso, pero no tanto como el ardiente deseo de poseerla.
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