Llega un momento en el que las señales de alarma apuntan a que tu vida se ha convertido en un caos y a que, si no tomas medidas, puedes acabar mal.
Soy Georgina, aunque me llaman Gio. Al perder a mi novio
Mario, dos años atrás, la culpa se adueñó de mí y dejé de ser yo misma.
Cuando todo te da igual, cuando tan solo te mueves por
inercia, no calibras las consecuencias de tus actos, y entonces un nuevo
accidente llegó para dar un giro radical a mi mundo, gracias a una noticia
sorprendente que zarandeó los cimientos de mi loca existencia.
Axel es el tercer elemento de una historia que comenzó
siendo surrealista, pero cuyo final estaba todavía por escribirse.
Nadie dijo que fuese fácil, pero sí que habría
posibilidades… Unas posibilidades en las que yo no creía y que el destino
tampoco me aclaró, porque a veces es caprichoso y tiende a complicar más las
cosas.
Si quieres conocer qué fue exactamente lo que me sucedió y cómo lo viví, te invito a que te sumerjas en unas líneas en las que trato de transmitirte mis sentimientos. No voy a negarte que lloré y dudé, pero también que reí y que mi inerte corazón volvió a palpitar de nuevo. ¿Mereció la pena? Compruébalo por ti misma, no te arrepentirás.
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