Willow
Apuntarme al Programa de Reproducción Midas parecía mi
única opción para empezar de cero. Todo lo que tenía que hacer es viajar a
Omega IV y convertirme en incubadora de uno de los Veskhiri, una especie
autóctona del planeta primordial. Los machos son altos, con garras y repletos
de músculos. Uno de ellos me tiene especial antipatía. Jarkoth. Es un gran
imbécil y parece decidido a hacerme sentir lo menos bienvenido posible.
Entonces… ¿por qué siento una atracción tan extraña hacia él?
Jarkoth
Cuando las hembras humanas llegan a nuestro asentamiento, me opongo a aparearme con una de ellas. Los otros machos están ansiosos por conocer a las humanas de piel suave, pero no participaré. Cuando el líder de mi tribu me endilga una hembra humana de pelaje rojo salvaje, me veo obligado a compartir mi morada con ella. Es débil y frágil como el resto de su especie, y no quiero conocerla. Pero… Me siento extrañamente protector de esta pequeña hembra. Y mis instintos me dicen que es mía.
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