Regla número uno: No te enamores del enemigo.
Regla número dos: No te acuestes con el enemigo.
Regla número tres: ¡Definitivamente NO rompas las reglas uno y dos!
Desde que se conocieron, Louelle Cordona ha odiado a Ryan Harper. Desde el fallido y patético intento de ligar de este jugador profesional de béisbol, sólo verlo la hace echar humo y está dispuesta a arrancarle los ojos, eso es hasta que él le da un destello de su debilidad. El hoyuelo más perfecto del mundo. A Lou le encantan los hoyuelos. Una mirada a ese hermoso hoyuelo y toda la rabia y el odio que siente empiezan a transformarse en algo más. Algo parecido a la atracción.
Ryan Harper detesta todo lo relacionado con Louelle "Lou" Cordona. Después de compartir un avión con ella de vuelta a Nueva York, de ver cómo su hermano pequeño coqueteaba con ella y de que no le diera una oportunidad, así como de ser arrojados juntos en un partido de los New York Rangers, Ryan apenas puede mantener la compostura cuando ella está cerca. La mujer lo irrita. Es como la hiedra venenosa. Cuanto más te rascas, peor se pone. De repente, ella está en todas partes y él no lo soporta.
De la nada, a Ryan se le ocurre una idea. Una especie de venganza, si se quiere. Después de estafar a su patético desperdicio de cita con su número de teléfono, Ryan está listo para poner su plan en acción. Está más que preparado para darle a Lou un poco de su propia medicina y vengarse por haberlo irritado... y hacer que la desee más de lo que jamás ha deseado a ninguna mujer.
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