Bella.
Un pacto hecho.
Dos huérfanos que juraron no separarse nunca.
Fui egoísta.
Por una vez, tenía que serlo.
La última vez que vi a Callum, él estaba de pie en la ventana de la buhardilla
mientras yo estaba sentada en el asiento trasero del coche.
Sus ojos oscuros me resultaban ajenos.
El odio que irradiaba su mirada me atravesó con más fuerza que una bala de plata.
En cuestión de minutos se había convertido en un extraño.
Ya no era mi mejor amigo.
Ahora era un chico con el corazón vacío que se dirigía hacia un camino oscuro.
Un camino que sabía que nunca volvería a cruzar.
O, al menos, eso creía.
Callum.
Teníamos un pacto: estar siempre juntos.
El día que Bella se fue, juré que la encontraría.
Y cuando lo hiciera, ella sentiría lo que yo sentí al verla alejarse hacia una
nueva vida, con una nueva familia.
Dejándome atrás para soportar una vida envuelta en las manos de un monstruo.
Han pasado doce años, pero finalmente la encontré.
Ahora es el momento de que se deleite en la oscuridad que ha creado dentro de
mí.