No fue hasta Cameron que supe lo que era la oscuridad
real... o que la anhelaría tanto.
Dejé que el mundo me pesara, me hundiera hasta que nada tuviera sentido. Tal
vez así es como me dejé meter en este lío. Tal vez así es como estoy en mi
situación actual, con un hombre que sabía que podría salvarme de un destino
peor que la muerte. Incluso si estar con Cameron, dándole la parte misma de mí,
la única parte que vale algo, mi cuerpo, bien podría arruinarme, tengo que
sobrevivir.
Señor de la droga. Jefe del crimen. Asesino. Debería temerle, horrorizarme por
lo que quiere de mí, por quién es. Pero en cambio, me encuentro queriendo
complacerlo, queriendo entregarme por completo. Porque sé que eso me da control
sobre él.
Cameron Ashton reina sobre el áspero inframundo, el peligro y la violencia de
la depravación, desde su trono. Una pistola en su espada y la apatía es su
segundo al mando. Sé que es peligroso, sé que me romperá y no se lo pensará dos
veces. Pero él es mi única oportunidad, la única forma en que sobreviviré. Y no
supe cuán cierto era eso hasta que él me poseyó.
Es posesivo y controlador. La oscuridad en él es más fuerte, más profunda que
nunca en mí. Quizás no
seamos tan diferentes. Quizás ceder mi control a Cameron, darle mi alma, me
convierte en la poderosa. Quizás, al final, seré yo quien lo posea.
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