En las raras ocasiones en las que Hades visitaba la Tierra, vio a Perséfone, la joven y hermosa mujer que amaba la Tierra y a las flores que crecían en su rico y fértil suelo.
Cuanto más observaba a Perséfone, más deseaba que se convirtiera en la reina
del Inframundo, que gobernara a su lado y viviera en su oscuro y triste
palacio. La única forma de que sucediera, era con el permiso de su padre, Zeus.
Estaba decidido a ganarse el afecto de Perséfone, pero para lograr su objetivo,
tendría que librar una batalla de por vida contra la oscuridad en su interior.
Todo lo que tenía que hacer era secuestrarla.
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