Han pasado sesenta años desde que murió el último Omega. Las alianzas de la manada se han desmoronado y los lobos renegados están en su punto más alto.
Robert, un paria de su manada, es entregado a la manada de Glenoak para ser
ejecutado en represalia por un asesinato en el que no tuvo nada que ver. Pero
Sebastian, su fuerte y amable Alfa, tiene otros planes. Y aunque Robert se dice
a sí mismo que no es digno de la atención del Alfa, no se puede negar que hay
algo entre ellos.
Sebastián, presionado para continuar con la línea alfa de su manada, considera
a regañadientes un matrimonio de conveniencia. Hasta que el destino arroja
literalmente a Robert a sus pies. Hay algo diferente en Robert, debajo de todo
el miedo y la desconfianza, que atrae a Sebastián hacia él.
Entonces Sebastian ve una marca que lleva Robert. Una marca que no se ha visto
en generaciones. Y todo cambia.
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