Makenna James piensa que su día no puede ser peor, hasta que se encuentra atrapada en un oscuro ascensor con un completo desconocido. Distraída por una llamada telefónica y haciendo malabares con demasiadas cosas, la contadora de traje a rayas solo ve un breve atisbo de un dragón tatuado en su mano antes de que las luces se apaguen. Caden Grayson se divierte cuando una pelirroja, literalmente, cae a sus pies. Su diversión se convierte en pánico cuando falla la energía. A pesar de sus piercings, tatuajes, y atroz cicatriz, se aterroriza de los espacios oscuros y confinados. Ahora, está atrapado en su peor pesadilla. Para combatir el miedo, entre ambos deben alcanzar hablar y abrirse hacia el otro. Sin nociones preconcebidas basadas en la vista para sujetarse y sostenerse, descubren lo mucho que tienen en común. En la caliente oscuridad, la atracción crece y las chispas vuelan, pero ¿sentirán lo mismo cuando las luces se enciendan de nuevo?
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