Avery vivía según tres reglas simples: Nunca estar fuera después del anochecer, nunca dejar de luchar para sobrevivir y nunca rendirse ante el único hombre que gobernó su corazón y destrozó todo lo que compartían cuando se alejó de ella.
Conner tiene una misión: capturar a la bruja que mató a su padre y hacer que pague por sus crímenes. El problema es que ella es la única mujer que ha amado. La misma bruja cuyo inocente beso hizo que su corazón inmortal se acelerara con su amor dado libremente. Él se alejó para salvarle la vida y a cambio, le quitó todo. Ella dejó su mundo en mal estado y su corazón hecho añicos.
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