Lincoln Reid se quedó sin palabras al ver a Jacob Hartman entre los nuevos reclutas de su escuadrón. Linc había prometido a su difunto mejor amigo que se mantendría alejado de su hermano pequeño. Y sin embargo, aquí está Jacob... y casi instantáneamente, la misma tentación que Linc siempre había sentido a su alrededor está causando demasiados problemas.
Jacob entiende las preocupaciones de todos, pero ha esperado años para tener la oportunidad de entrar en el equipo de élite de los saltadores de humo, con la esperanza de honrar la memoria de su hermano. Está
preparado para afrontar cualquier reto que le plantee Linc, y siente que la química entre ellos -química que Linc insiste en ignorar- sigue viva y más intensa que nunca. Esta vez, Jacob está decidido a conseguir lo que quiere.
La proximidad y las altas apuestas hacen que sea difícil para Linc mantener su determinación, y no digamos sobre hacerlo mientras se asegura de que el novato esté a salvo. Pero cuanto más se acercan, más se arriesga Linc a romper otra promesa: la que su corazón quiere hacer a Jacob.
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