Es la ley.
Bienvenido al apocalipsis.
Estoy a punto de perder mi virginidad con cinco hombres.
Los puedo calificar de muchas cosas;
de extraños, de secuestradores;
pero ¿esposos?
Llevará tiempo hacerme a la idea.
Los odio.
A pesar de que me protegieran de unos agresores.
Mi hermano podría seguir en alguna parte;
así que tendré que seguirles la corriente;
seguir adelante con la boda;
entregarles mi cuerpo a mis nuevos esposos.
Aunque solo hay un problema;
se rehúsan a concederme la libertad.
Y ahora no solo mi cuerpo les pertenece…
…sino también mi corazón.
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